Los últimos datos publicados por Eurostat (Oficina de Estadística de la Unión Europea) situaban a nuestro país, España, con una de las tasas más altas de paro juvenil de Europa, sobrepasando la barrera del 50 por ciento, con un 50,5 % de los jóvenes menores de 25 años en paro. En el conjunto de la zona euro sube a un 23, 3 % y el femenino sube tres décimas hasta un 23, 9 %.
El Presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, el año pasado, calificaba de “escandalosas las cifras de paro juvenil en algunos países de la Unión Europea”, urgiendo a los gobiernos a acelerar reformas estructurales y a la creación de empleo. No se lo que pensará el señor Barroso en estos momentos, porque desde que dijera esas palabras hasta ahora en vez de bajar ha subido el paro juvenil. Esto es muy preocupante sobre todo para España. No es el caso de Holanda con un 8,4 % de paro juvenil, el de Alemania con un 8,6 % o el de Austria con un 10,3 %.
En estos momentos de profunda crisis económica que afecta sobre todo a los más débiles, y a los que han abandonado sus estudios, se hace patente la necesidad de contar con el Programa de las Escuelas Taller. Un Programa que nació hace veintiséis años con una tasa de paro juvenil del 53% en los grupos de edad de 16 a 19 años y 41,60 % en los de 20 a 24 años. Veinte años mas tarde un informe de la Comisión Europea consideraba al Programa como “uno de los mejores dirigido a jóvenes desfavorecidos a nivel europeo”. Las tasas de inserción laboral de los participantes que encontraron empleo al finalizar, en las Escuelas Taller superaban por los años noventa el 50 por ciento.
Las Escuelas Taller al igual que los Talleres de Empleo (mayores de 24 años) realizan una labor social importante y cuentan con un equipo técnico con una gran profesionalidad. Un equipo que tiene el desafío día a día frente a unos jóvenes que vienen en su mayoría del fracaso escolar, de familias desestructuradas, con grandes carencias y sobre todo muy desmotivados. Para muchos jóvenes participar en una Escuela Taller ha supuesto su primer contrato, además de la adquisición de habilidades sociales para acercase al mercado laboral en las mejores condiciones posibles.
Las Escuelas Taller desempeñan una tarea que no ha sido suficientemente valorada y considerada, ni por las instituciones ni por la Sociedad en general. ¿Cuántas personas hoy en día han oído hablar de estos Programas de formación y empleo? Hay mucha gente que, después de más de 26 años, aún hoy en día no conocen lo que se hace en este tipo de Centros, confundiéndose incluso con otros Programas.
Las Escuelas Taller y los Talleres de Empleo vienen coexistiendo en todo el territorio nacional bajo el control y supervisión de los gobiernos autónomos, pues con las trasferencias de las políticas activas de empleo a mediados de los años noventa, son éstos los responsables de su desarrollo y gestión.
Los éxitos del programa han sido importantes tanto a nivel nacional como autonómico, tanto en la reducción de las tasas del paro juvenil como en el de los adultos; así como en la mejora de la calidad de vida de los participantes, obteniendo incluso durante estos últimos años una inserción educativa significativa: muchos de los jóvenes que habían dejado los estudios regresan al Instituto para terminarlos. Sin embargo, el Programa de Escuelas Taller necesita reformas, pues desde el año 2001 no se ha tocado un ápice la Orden que lo regula.
Una de las soluciones para mitigar las altas tasas de paro juvenil la tenemos entre nosotros, sólo falta ajustarla, actualizarla y potenciarla por todo el territorio nacional.
Antonio Moriel
(Secretario Educación Agrup. Socialista Olivereta)
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